Problema-solución.
Bueno, problema... Rayada y su consiguiente crisis existencial dramática.
No estoy haciendo nada con mi vida... Solo estoy preparando las oposiciones de magisterio, ya está. Solo voy al gimnasio cada tarde. Solo voy a trabajar cuidando niños cada vez que lo requieren. Solo quedo cuando alguien me lo propone, y solo quedo con mi novio casi todos los días.
Pero claro, no esto haciendo cosas sola, o viajando, o yéndome de Auppair...
Bien, qué cosas sola o qué experiencias o aventuras si me cuesta una taquicardia cada vez que tengo que hacer una llamada. Luego se me da DPM, la vida.
Bien, pues me he apuntado a un taller gratuito para hacer un ambientador, sola. Sola ante el peligro.
Lo he hecho y en esta ocasión no he sentido casi ni orgullo.
Pues menuda mierda.
Además, experiencias sola, por qué. He ido sola a cuatro colegios, un instituto, una universidad, una autoescuela, conferencias, conciertos, el trabajo, al gimnasio en dos ocasiones y a todas las clases que he querido. Ah, y ayer, a la sala de máquinas, esa a la que no me atrevía a entrar por verme indefensa entre tanta máquina de tortura, con miedo de tocar algo y atascarme.
Puede que el hecho de enfrentarme ayer a la sala de las torturas me haya allanado el camino al taller de ambientador, que al final no es algo que no manejo. Si hubiera sido un taller de conversación en inglés... Flipas.
Pero creo que sí, que las acciones generan acciones de la misma vibra, y que si quieres alcanzar un X y das un paso hacia allí, la inercia de tu cupo te sigue.