Tantas veces esta sensación... La mía y la de muchas personas... Pero por favor, qué tontos somos los seres humanos... Estamos estresados, hartos de gente, de tecnologías, de ir corriendo a todos los sitios, y de la ciudad... Buscamos la paz para encontrarnos a nosotros mismos, para ordenar nuestros pensamientos, para dejar de pensar, pensar solo en nuestra persona, el YO, y cuando la encontramos, esa paz tan buscada, en la montañita, en la casa del lago, en la casita de la playa, en una roca junto al río, debajo de un árbol, en la orilla del mar... ¿Qué hacemos? Empezamos a pensar en todas esas cosas que nos estresan, que nos hartan, que nos sacan de quicio, todo eso de lo que huíamos, vuelve a nosotros, y el sentimiento de frustración y la necesidad de tener que hacer algo es cada vez más fuerte, porque por lo menos, antes, cuando ibas corriendo a todas partes, te estresabas hasta con el pitido de un coche, etc., dejabas de pensar rápidamente en lo que te había pasado hacía 5 minutos, porque enseguida te pasaba una nueva. En cambio, en la paz, no hay nada más, mas que los pensamientos que se te echan encima... Por eso, aunque yo sea una gran defensora de la paz junto con la naturaleza, de olvidarte de todo lo demás, tal y cual, como el ser humano no puede dejar la mente en blanco (siempre y cuando no se haya entrenado bien para ello), lo mejor es tener un poquito de tecnología, o un libro, o una compañía...